A lo largo de mis años de experiencia como consultor en prevención del lavado de activos y financiamiento del terrorismo (LA/FT), he observado que en muchas organizaciones se tiende a mantener a los Oficiales o Encargados de Cumplimiento aislados o apartados de las áreas comerciales. Este enfoque, aunque creo bien intencionado, puede ser contraproducente y generar una desconexión entre las políticas de prevención y las necesidades reales del negocio. Considero que, lejos de ser una fuente de conflicto de interés, la integración e interrelación de los Oficiales de Cumplimiento con las actividades comerciales es esencial para proteger y fortalecer el negocio.
La importancia de conocer el negocio
Un Oficial de Cumplimiento que no está familiarizado con el negocio al que protege es como un guardián que no conoce el terreno que debe proteger. Para que las políticas y procedimientos de cumplimiento sean verdaderamente efectivas, estas deben ser diseñadas y aplicadas con un profundo conocimiento de los objetivos comerciales, las operaciones y los riesgos específicos de la organización. Es importante que los Oficiales de Cumplimiento comprendan a fondo las estrategias comerciales y los mercados en los que opera la empresa. De esta manera, pueden anticipar mejor los riesgos, identificar áreas vulnerables y diseñar controles que no solo sean efectivos, sino que también sean prácticos y alineados con la realidad del negocio.
La alineación estratégica no necesariamente es un conflicto de interés
En mi opinión, existe una percepción errónea de que la proximidad entre los Oficiales de Cumplimiento y las áreas comerciales podría llevar a un conflicto de interés. Sin embargo, esta idea pasa por alto un punto fundamental: todos los empleados, desde los directivos hasta los Oficiales de cumplimiento, comparten la misma meta final, que es la protección y prosperidad del negocio en el que se desempeñan. La colaboración estrecha entre el cumplimiento y las áreas comerciales no significa que los Oficiales de Cumplimiento deban comprometer su integridad o independencia. Al contrario, una comprensión más profunda de las operaciones permite a los Oficiales de Cumplimiento realizar su trabajo con mayor eficacia y relevancia, aportando un valor añadido al negocio.
Rompiendo la barrera entre cumplimiento y negocio
La separación estricta entre cumplimiento y áreas comerciales puede llevar a una falta de comunicación y, en última instancia, a una implementación deficiente de las políticas de cumplimiento. Para superar este desafío, recomiendo una mayor integración de los Oficiales de Cumplimiento en el proceso de toma de decisiones comerciales. Esto no solo mejorará la calidad de los controles y la detección de riesgos, sino que también ayudará a construir una cultura de cumplimiento en toda la organización. Los Oficiales de Cumplimiento deben ser vistos como socios estratégicos, no como obstáculos, en el logro de un negocio rentable, sostenible, seguro y transparente.
Conclusiones
La protección del negocio no es responsabilidad exclusiva de un departamento, sino un objetivo compartido por toda la organización. La integración de los Oficiales de Cumplimiento en las actividades comerciales es clave para garantizar que las políticas de prevención no solo estén en papel, sino que también sean prácticas y efectivas en la realidad. Al eliminar la barrera entre el cumplimiento y las áreas comerciales, se fortalece la capacidad de la organización para operar de manera ética, segura y rentable. Esta sinergia es fundamental para construir una empresa sostenible y con una reputación sólida en el mercado.